
Pionero de las Delegaciones Territoriales de Ecoembes

Antonio López, gerente Zona Sur
Aliados de las administraciones regionales y locales
En esta misma sección de Expertos en Economía Circular ya habéis podido leer algunas entrevistas a diferentes gerentes territoriales de Ecoembes. Aunque básicamente todas las Delegaciones Territoriales, que actualmente son seis, tienen los mismos cometidos, nos parece interesante conocer los perfiles profesionales de quienes están al frente en cada una de ellas, porque los territorios siempre tienen particularidades que singularizan su desempeño.
Precisamente por esta diversidad, la flexibilidad y la adaptación a estas realidades de las Comunidades Autónomas son claves para que los gerentes y sus equipos establezcan relaciones proactivas y una colaboración plena con las Administraciones regionales y locales, convirtiéndose en “aliados” para mejorar la recogida selectiva, aumentar las tasas de reciclaje, y, en definitiva, optimizar la eficiencia de toda la vida útil de los envases domésticos, en colaboración también con todos los implicados en la economía circular, como empresas, ciudadanos, mundo académico, colegios profesionales, entidades sociales, etc.
Si de “singularidades geográficas” se trata, es un buen ejercicio charlar con Antonio López, el actual gerente de la Delegación Territorial de Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura, Ceuta y Melilla.
Nació en Madrid, estudió en Zaragoza Ciencias Químicas (con doctorado incluido y varios másteres y postgrados), regresó a Madrid, ingresó en Ecoembes en 2001 (“desde el primer momento me interesó mucho formar parte de este proyecto pionero y tan retador”) y ahora trabaja desde hace 17 años en Sevilla, donde llegó para enfrentarse a un reto que en aquel entonces era mayúsculo: montar una Delegación Territorial, la primera que Ecoembes ponía en marcha allá por 2008.
Esto significó un paso muy importante, pero especialmente una nueva (y novedosa) estrategia para acercarse más a los territorios. Antonio López tuvo la responsabilidad de “abrir camino”. Ojo al dato, entre unas tareas y otras lleva 24 años en Ecoembes.
Por eso, por ir haciendo maletas cada dos por tres, Antonio dice que “me siento un poco de muchos sitios”, Ecoembes nació con la sede en Madrid y oficinas en Cataluña, pero pronto se detectó la necesidad de estar más “pegados” a los territorios.
Fue entonces cuando en 2008 Antonio volvió a hacer las maletas y se mudó a Sevilla: “me motivó mucho el reto de comenzar desde cero el nuevo proyecto de montar una primera Delegación en el territorio. Cuando llegué a Sevilla iba con una maleta y un portátil, pero con una tarea muy estimulante por delante. A partir de ahí comenzamos a construir toda la arquitectura que necesita una Delegación, formando equipos humanos (actualmente somos cinco personas en la delegación), y con un objetivo claro acercarnos más al territorio para potenciar la colaboración institucional y social, e integrándonos más estrechamente en los ecosistemas regionales y locales”.
Casi media España
La Delegación Territorial que lidera Antonio López ocupa una extensión de 200.000 kilómetros cuadrados, lo que significa casi el 40% del territorio nacional, donde viven 12 millones de personas (el 25% de los españoles) en cerca de 2.000 municipios.
Estas magnitudes nos hablan de un gran territorio con tres Comunidades y dos ciudades autónomas. Y aunque abarca geográficamente hablando buena parte del sur de España, aquí cabe una enorme diversidad, casuísticas, demandas diferentes y particularidades socioculturales.
Una especie de Torre de Babel a la que hay que comprender y entender, “porque el modelo de convenio marco que firma Ecoembes con las Administraciones regionales tiene una base homogénea y común, pero luego hay que introducir las variables que definen las singularidades de cada territorio, para adaptarlo a las necesidades de cada Comunidad Autónoma y de cada administración local. Hay que tener en cuenta que las normativas y objetivos asociados a la circularidad de los envases están cambiando mucho en estos últimos años, y los convenios tienen que dar respuestas a estos cambios facilitando la colaboración público-privada, la eficiencia, y asimilando que la transformación digital nos abre nuevas posibilidades”.
Antonio nos explica las peculiaridades de Andalucía: “tiene una extensión y población (más de 8,5 millones de habitante) equivalente a la de Austria, y una dualidad importante: ciudades y entidades supramunicipales de gran tamaño, pero a la vez una gran dispersión demográfica con 785 municipios (donde más del 50% tienen menos de 5.000 habitantes), con impacto muy potente del turismo estacional, especialmente en las zonas costeras”.
Todos estos datos condicionan las estrategias y la gestión de los envases. Además, en un principio se trabajaba con convenios bilaterales (más de 40 convenios) firmados a través de las llamadas unidades de gestión (Ayuntamientos, Mancomunidades, Consorcios o Diputaciones), para pasar en 2014 a un modelo de convenio marco con la Comunidad Autónoma al que se suman las entidades locales. Precisamente, en estos momentos respecto a los convenios de esta Delegación Territorial se ha firmado ya con Melilla, y el resto de convenios se encuentran en diferentes fases de negociación.
Antonio comenta que “el modelo actual de convenio marco frente al de convenios bilaterales es mucho más ágil y eficiente, por las sinergias en las actuaciones que se pueden generar desde el prisma regional. Al, igual que en otros territorios creamos Grupos de Negociación con las administraciones para llegar a los consensos necesarios de los convenios. En el caso de Andalucía, además, el convenio también se firma con la Federación Andaluza de Municipios y Provincias, FAMP. Con una tendencia positiva de índices recogida selectiva, y un importante potencial de crecimiento, en Andalucía tenemos todavía retos importantes como la convergencia con los datos nacionales en materia de envases y la necesidad de optimización de infraestructuras”
Precisamente, en 2022 para ayudar a las entidades locales pusimos en marcha el Observatorio Municipal para la Transición hacia la Economía Circular de Andalucía, en colaboración con la FAMP, un espacio colaborativo y participativo para apoyar a las entidades locales andaluzas en el diseño e implementación de sus estrategias locales de transición hacía la economía circular”.
Castilla-La Mancha “Se trata de una Comunidad con una alta dispersión y una baja densidad de la población (2,1 millones de habitantes en 919 municipios). Con una evolución muy positiva de la recogida selectiva en los últimos años, destacaría como principales retos, seguir trabajando con las entidades locales en la mejora continua y optimización de los procesos de recogida y selección”, apunta Antonio López.
Algo parecido ocurre en Extremadura en cuanto a la dispersión de la población (poco más de un millón de habitantes repartidos en 388 municipios, y una extensión con 41.000 kilómetros cuadrados). Con crecimientos importantes de la recogida de envases en los últimos años, siempre hay margen de mejora. “Por ejemplo -destaca Antonio- teníamos un problema muy importante con los impropios, con cerca del 45%, pero hemos conseguido reducirlo por debajo del 30% gracias a la puesta en marcha en el año 2020 de un plan de acción especifico en el que se sigue trabajando, en colaboración con la Junta y los municipios extremeños”.
Antonio finaliza comentando las muy especiales particularidades de las ciudades autónomas de Melilla y Ceuta: “su extrapeninsularidad, define sus capacidades y la limitación territorial, lo que condiciona la operativa de la recogida selectiva. En ambos casos la implantación del contenedor amarillo llegó mucho más tarde que en el resto de España (Melilla en 2019 y Ceuta en 2011), lo que nos ha llevado a la puesta en marcha de planes específicos con ambas ciudades para potenciar la recogida selectiva de envases”.
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